Proclama tu derecho a equivocarte
A nuestra sociedad no le gusta los errores, ni las equivocaciones, mucho menos las torpezas. Nuestra cultura es testigo de ello. Nos castigan sin compasión si fallamos, si hacemos algo mal. Pasado el tiempo nos volvemos inmunes al proceso natural de las cosas. Ya no aprendemos si nos equivocamos. Sencillamente nos enfurecemos, maldecimos y continuamos…